Cada momento de la vida me recuerda una canción: Un día cualquiera....
Este lunes salí hacia Madrid a las siete de la mañana en compañía de mi hija mayor, mi hijo de 21 años y mi Doña, íbamos de mayoristas al centro de Madrid a adquirir telas para el sastrecillo, mi hija pequeña nos esperaba había pasado un mes desde la ultima vez que vi a mi nieta Carmen.
Era una mañana gélida en verdad, mi nieta estaba preciosa, aparqué el coche en un parking próximo a Tirso de Molina y nos fuimos a pasear dirección Preciados, entramos en el Corte Inglés mas que nada para aliviar el tremendo frió que estábamos pasando, es curioso mucha, muchisima gente por la calle y las tiendas vacías, la crisis esta dejando España como un desierto, el comercio se desploma a marchas forzadas, me siento desfallecido.
Comimos en el VIPS de Sevilla en la calle Alcalá y seguimos con las compras, hacia las siete de la tarde nos fuimos al IKEA de "La Gavia" en el ensanche de Vallecas, cenamos nos despedimos de mi hija y mi yerno que partían dirección Valencia con su niña, nosotros volvíamos a mi Extremadura, condujo mi hijo todo el camino estaba cansado...y así transcurrió, un día cualquiera...
Un día cualquiera no sabes qué hora es,
te acuestas a mi lado sin saber por qué.
Las calles mojadas te han visto crecer
y con tu corazón estás llorando otra vez.
Me asomo a la ventana, eres la chica de ayer
jugando con las flores en mi jardín.
Demasiado tarde para comprender,
chica, vete a tu casa, no podemos jugar.
La luz de la mañana entra en la habitación,
tus cabellos dorados parecen el sol.
Luego por la noche al Penta a escuchar
canciones que consiguen que te pueda amar.
Me asomo a la ventana, eres la chica de ayer.
Demasiado tarde para comprender.
Mi cabeza da vueltas persiguiéndote.
Mi cabeza da vueltas…
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